lunes, 26 de julio de 2010
Capitulo 4
La puerta hizo un ruido sordo al cerrarse. Escuché los pasos del anciano bajar la escalera de caracol, y el silencio me rodeó dentro del despacho. Con la respiración cortada, avanzé hacia el pensadero mientras ponía la varita en mi sien. Saqué unas finas hebras de luz plateada y las dejé caer en el instrumento, que me mostró un colorido espectáculo de luces multicolores. Bajé mi cabeza milimétriacamente, y vacilé por un segundo. Pero finalmente me decídi, y me metí de lleno en el extraño fluido...
Mi habitación, tal y como la recordaba. Yo debía de tener seis o siete años, no más. Y Eileen y Tobias alzando sus voces en la planta baja. ¿Cuándo no? El pobre niño que escuchaba la discusión estaba empapado en lágrimas, con la cabeza entre las piernas, sentado en un rincón de la habitación. No paraba de llorar. "¿Sabes qué?" pensé en decirle "Años más adelante, nuestro padre morirá por nuestra culpa, y lo lamentarás, aunque ahora no lo aprecies mucho. Y nuestra madre va a abandonarnos. No sabremos cuándo ni cómo morirá, pero no será problema para nosotros"
Si tan solo podría escucharme, las cosas hubieras sido distintas...
El recuerdo cambió.
La conocida plaza del parque industrial. Y yo, con mis diez años espiando a Lily. Mis ojos estaban brillantes como los de un Opaleye de las Antípodas. ¡Qué ridículo me veía con esos trapos puestos! Y el recuerdo volvió a cambiar.
Yo caminaba con Lessie por el patio, estabamos en cuarto año. Y Lily venía a lo lejos, caminando con Lupin. No nos saludabamos, naturalmente. Nos habiamos peleado, ya no recuerdo porqué. Cuando ellos estuvieron lo suficientemente lejos, Lessie comenzó a decirme un montón de barbaridades sobre ella y Lupin, y yo asentía con la cabeza, aunque por dentro sabía que no era asi.
Otro recuerdo. "No necesito ayuda de una sangre impura como ella" Instintivamente apunté a James con mi varita. Pedazo de cobarde, me había atacado por la espalda. Si no me equivocaba, había sido la peor experiencia de mi vida. Era, en parte, lo que más influía mi actual (aunque esté ya muerto) odio por él. En definitiva, ¿justificó eso todo lo que hice después? ¿Fué ese mi móvil para tomar el camino que había tomado? Fue más fuerte mi odio por él que mi amor por ella, quizás había sido eso... ¿O no? Yo nunca sabría la respuesta.
Salí del pensadero un tanto agitado, dejándome caer de espaldas sobre el piso. Mi largo pelo me cubría la cara en su totalidad, y curiosamente las lágrimas no habían salido esta vez. El corazón comenzaba a saber comportarse. "¿Hasta cuándo vas a perseguirme, Lily?" me preguntaba. Me levanté temblando, y lo primero que vi fue el diario que Dumbledore había dejado ayer. La foto de los Potter seguía moviendose pausadamente. Tome el diario con furia, hice un bollo y lo arrojé a la chimenea. Me prometí a mi mismo no volver a pensar en ella, no me lo permitiría. Si ahora actuaba del lado de Dumbledore, era porque sentía que era el mejor modo de retribuir las cosas. Nada más.
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