
-Deja de mirarla, o se te van a caer los ojos.
Giré mi cabeza y ahogué un grito de sorpresa al ver a Potter sentado en una silla contra la pared. Estaba muy cerca mío, lo suficiente como para ver que yo estaba espiando a Lily. Volví mis ojos hacía Lily, sin importancia.
-Es bueno encontrarte aquí. Pensé que iba a aburrirme, pero...
- Pero aquí estoy yo para entretenerte. Puedo plasmarte la sonrisa en tu feo rostro cuando quieras, sólo tienes que pedirmelo.
-Agradezco tu oferta. Pero si quiero reirme, sólo tengo que ir a charlar con Lily. Y e slo que voy a hacer ahora, asi que, si me disculpas...
Hizo un gesto con la cabeza, y casi se le caen los anteojos. Note que había tomado antes de venir, o que havía venido hace mucho y se había bajado varias copas.
Me perdí entre la multitud. No iba a ir a hablarle a Lily, lo había dicho para fastidiar al idiota. Me crucé con un par de Slytherins de sexto, y supuse que Regulus debía andar por ahí. No me molesté en buscarlo, no tenía ganas de soportar su sentido del humor. tan... particular.
Sólo faltaba Lessie, estaba segurísimo de que vendría. No iba a perderse la oportunidad, y confiaría en que yo no me hubiera presentado en la fiesta.
Pase varios minutos dando vueltas, evitando a Slughorn y a Lily, cuando encontré una silla vacía. Me senté y tomé una copa de hidromiel. Me di cuenta que estaba sentado al lado de una enorme cortina que se movía. No recordaba haber visto cortinas que se movieran en Hogwarts, por lo que saqué mi varita y le di un golpe. Seguía moviéndose, y a pesar del murmullo que inundaba el despacho, pude oír dos voces que salían de la cortina.
-Aquí no, Reg...
-¿Por qué no?
-Esta lleno de gente...
-La biblioteca también estaba llena de gente el otro día...
Me levanté inmediatamente, y con la varita todavía en mi mano, murmuré el encantamiento desilusionador. Muy despacio, me metí por detrás de la cortina y salí a un hueco en la pared, ocupado por Regulus y Rowle. Regulus acorralaba a Rowle contra la pared, con una mano sostenía su rostro y con la otra su cintura. Había una sonrisa de complicidad en su rostro, aunque Rowle estaba un tanto incómodo.
-¿Por qué mejor no hablamos de eso que querías contarme? Eso del Señor de las Tinieblas...
-Mañana nos encargaremos de eso. Es una mera sospecha que tengo, creo que el Señor de las Tinieblas se ha metido con magia muy oscura, y no sé si todos están al tanto de eso pero... habrña tiempo mañana para hablar.
Al terminar sus palabras, plasmó sus labios en el cuello del chico, y lentamente los dirigió hacia los labios de Rowle.
Estuve a punto de ahogarme, ya que había dejado de respirar. Volví en mis pasos y salí de esa cortina infernal, tan sorprendido que había olvidado en dónde estaba.
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