La puerta principal se abrió sola, como siempre lo hacía, y entré con mis compañeros de excursión nocturna.
Me arrepentí de haber ido. Lucius había dicho "reunión", no "fiesta".
La sala principal estaba llena de magos, todos vestidos con sus mejores túnicas, y las brujas con vestidos largos y llenos de encaje. Había música clásica sonando, aunque no se escuchaba casi nada, ya que todos charlaban, reían, o chocaban sus copas de hidromiel.
Me armé de valor, y me adentré entre la multitud. Los demás me siguieron. Oí que una mujer decía algo como "¿Quién invitó a estos?". Supongo que el comentario despectivo iba referido a que ninguno de nosotros vestía para la ocasión. Exceptuando a Lessie, que lucía un vestido negro con diminutos cristales verdes que lo adornaban de la cintura para abajo.
-¡Bienvenidos amigos! Me alegra la presencia de cada uno de ustedes esta noche.
Lucius hablaba desde lo alto de la ancha escalera que conducía a los pisos superiores. Tan elegante como siempre, estaba acompañado por Narcisa, que lo tomaba del brazo.
-Como se les ha informado, estamos festejando el ascenso del mago que nos prometió tanto, y hoy ha cumplido.
Todos aplaudieron con regocijo.
-Por fin tendremos alguien que comparta nuestros intereses y los intereses de toda la comunidad mágica administrando nuestra sociedad, y liberándola de aquellos que no pertenecen a ella.-hizo una pausa -El Señor de las Tinieblas nos honrará con presencia en pocos minutos, por lo que les pido que disfruten de la reunión.
Volvieron a aplaudir a Lucius y a su vacío discurso. Él y su esposa bajaron las escaleras, y yo me dirijí hacia ellos.
-Severus, que gusto verte. Y veo que has traído a tus amigos.- me dijo, mientras posaba sus fríos ojos en cada uno de los demás.
-En parte, si. Aunque sólo uno de ellos está aquí para unirse. -y señalé con la cabeza a Pettigrew. El chico comenzó a sollozar y saludó a Lucius tímidamente.
-Ah, ya veo...-dijo Lucius.
-Prima, hace siglos no te veía. -le dijo Regulus dulcemente a Narcisa..
-Reg, querido, tus padres están aquí, según tengo entendido.
-Bien, ya he hecho todas las presentaciones. Supongo que voy a buscar algo de tomar, con su permiso. -dije, en un tono tan falsamente agradable.
Me di media vuelta, tomé una copa de hidromiel de la bandeja que un elfo doméstico sostentia y me dirijí al balcón enorme para tomar algo de aire. Pobre Regulus, sus padres no eran mortífagos declarados, pero estaban financiando la campaña del Señor de las Tinieblas para eliminar cuantos muggles sea posible. Al igual que todos los magos que estaban ahí; muy pocos daban su vida por el Señor de las Tinieblas, pero si su dinero. Ellos eran la clase alta, la que tenía el poder y la influencia sobre el Ministerio.
Vacié mi copa de un sorbo y Lessie apareció a mi lado.
-Podrías haberme avisado que era una fiesta de gala. -le dije.
-¿Con qué objeto? Hubieras usado esto mismo..-
Tenía razón. De todos modos, no le contesté, no hice seña alguna. No estaba de humor esa noche, y supongo que ella lo notó.
-Estas especialmente inmutable esta noche ,Severus...-él no reacciono. -¿Hay algo que necesite saber?-
"Necesitar" Qué palabra. En si, ella necesitaba saberlo.Pero las consecuencias serían catastróficas. -No podrías resistirlo. Creeme. -giré mi cara hacia ella. -Asi que será mejor que no indages.- Me di media vuelta y caminé hacia adentro para buscar otra copa...
Lo seguí, diciendole :-Prefiero vivir con el dolor de la verdad, que con la angustia del silencio. Además, sea lo que sea, puedo aguantarlo.
Pase por al lado de varias personas hasta encontrar un elfo con bebidas. Tomé una y seguí mi ruta, sin rumbo. Me senté en uno de los elegantes sillones que adornaban la sala, alejado de la masa de gente que bailaba y bebia. Lessie tomó otra copa y se sentó con mucha delicadeza a mi lado. -Yo no estaría tan seguro...- repliqué con una sonrisa. Era el rencor o el whisky de fuego que estaba bebiendo lo que forzaron esas palabras.
Traté de poner la expresión mas fria y dura que tenia. -Pruebame. Demostrarás, una vez mas, que estas equivocado. Si algo de él sabia, era que hiriendo su orgullo, conseguiria al menos, un resultado.
-Lily. -dije. -Otra vez Lily. -Todo era un juego de palabras. Sabía que tanto ella como yo mediamos cada letra, cada acento que decíamos. Había empezado "Celeste Aida", una pieza clásica magnífica compuesta por un mago egipcio hacia mucho tiempo ya. Tomé a Lessie de la mano y la llevé a la pista. El baile asimilaría la noticia.
-¿Es una broma, verdad? ¿Desde cuando bailas? -él no contestó. -¿Qué hizo esa ahora? -¿Desde cuando bailaba? ¿Y por qué ella siempre tenia que ser parte de la conversacion? Se notaba el odio en mi voz, era de público conocimiento mis sentimientos hacia la señorita cabeza de zanahoria, y mas aún si Severus estaba involucrado. Puso su mano en mi cintura y yo pose la mia en su hombro. Nos moviamos al compaz de la balada.
-Hizo algo que jamás pensé que haría. -tomé otra copa de la bandeja de un elfo que pasaba, y seguí bailando. La música me relajaba muchísimo, y el whisky también. -Demostró que no vale nada. Ni un knut. -dije con bronca.
-¿Quieres por favor dejar de beber y de darle vueltas al caldero? Habla de una vez!- le dije cansada
-Yo...- comenzé a decir. Miré sus ojos cargados de impaciencia, de curiosidad. Vacié la tercera copa de la noche y le dije- Ella me besó. Ayer por la tarde. Potter la abandonó y vino a mi. Qué patética! -y reí por lo bajo.
Mi expresión cambió completamente. Mi rostro se transformó en alguien que decididamente no se parecia a mi.
-Que ella qué?!- Tal vez habia escuchado mal... o eso esperaba.
La miré con indiferencia, como si acabara de hacer un comentario al pasar.
-Lo que escuchaste: la sangre sucia de Evans me besó.
Me soltó de inmediato y dejamos de bailar. Sus ojos se habían humedecido, pero no de tristeza, sino de ira. Era tarde para arrepentirse ya, yo había provocado eso. La copa vacía que tenía en la mano volvió a llenarse de la nada. Debía tener algun encantamiento encima, la verdad no me importo, Tomé otro sorbo y sentí como el whisky abrazaba mi garganta.
Sentía como una lagrima rodaba por mi mejilla mientras retrocedí un paso hacia atrás.
-¿Y tu qué hiciste?.- No queria saber. Mentira, si queria, pero no estaba del todo segura. A veces era demasiado mazoquista. Sentia cómo mis propias uñas se encarnaban en la palma de mi mano pero no me importaba el dolor.
Miré mi copa relucir a la luz de las velas que flotaban en el techo.
-Es obvio. La aparté y me fui del lugar. ¿Qué pretendías que hiciera? No me atrae... en lo mas mínimo. Pero escucha, no te lo dije para que te pongas así...
Respiré hondo. Un desteyo de locura se asomaba en mis ojos.
-¿Y cómo quieres que me ponga? Me conoces lo suficiente asi que sospecho que tienes una idea de lo que voy a hacer. Esa sangre sucia lamentará el dia que recibio su carta de Hogwarts.- miré hacia abajo, y sonrei maliciosamente, olvidando que el estaba alli. abri la mano, me estaba sangrando. -maldicion- susurré.
Alzé su mentón con la yema de mis dedos, y le dije -Haz lo que tengas que hacer. Lily Evans no me interesa para nada.
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