domingo, 24 de enero de 2010
Capitulo 7
No podia creer que haya sido tan orgulloso como para arriesgarse a pelear asi. Sentía el peso de su cuerpo sobre mi hombro mientras lo llevaba hacia el aula más cercana. Dejé que se recostara en el suelo de la mazmorra. Estaba frío y se sentia la humedad en el aire. Estabamos solos.
Le razgué la manga de la túnica con mi varita para poder ver la herida: era bastante serio. La sangre estaba algo seca ya, pero por algunas pequeñas aberturas seguia saliendo libremente. Toqué la herida con mi varita y sin pronunciar palabra alguna, las heridas dejaron de sangrar. No quería romper el silencio pero desafortunadamente, no pude seguir manteniendo mi tan aclamado exterior duro y frío, y rompí en llanto.
Severus no se percató hasta pasado el minuto, pero el sabia lo duro que era para mi tenerlo tendido en el piso en esas condiciones. Sequé mis lágrimas y le dije
-Y aca estoy otra vez salvando tu pellejo..-
Esperé a que contestara, sin mirar aquellos oscuros y penetrantes ojos suyos.
-Te prefiero a ti antes que a Madame Pomfrey. - Dijo secamente y me miró a los ojos. - Te doy mis agradecimientos Less.
Ya habia dejado de llorar cuando Severus me habló, no se qué era ese poder que tenia sobre mi, pero con él me sentía segura.
-Sabes que no tienes que agradecerme nada. Sabes que yo por ti..- no me animaba a terminar la frase, yo por él... qué? Daba la vida, sí. Me quedaba en vela toda la noche, arriesgaba mi permanencia en el colegio, sí, si, si, si y mil veces si. Yo por él lo daba todo, y lo que no podía también. Pero prefería que no supiera tanto. Semejante información en manos de Severus era algo peligroso. Él no era para nada de esos de los que se tragan el orgullo. No podía mostrarme como una tonta enamorada, él me necesitaba, él sabia que yo estaba ahi para ayudarlo, como siempre.
-De todas formas, realmente valoro lo que haces por mi. O no sé si por mi es que lo haces, solo... Quiero decir que yo haría lo mismo por ti. Eres una persona muy... inteligente e interesante y... te respeto por ello.
Avergonzada, bajé la cabeza, pero él me tomó el rostro con su fría mano izquierda.
-No tienes que ponerte asi. Sé que te custa tanto como a mi expresarte, y por esa razón creo que deberíamos llevarnos bien. Cuidaré de ti tanto como tú lo hagas conmigo. Confía en mi.-
Inteligente e intersante... esas palabras resonaban en mi mente una y otra y otra vez... ¡Qué fuertes suenan sus palabras en mi cabeza! ¡Si supieras todo lo que hago por ti! ¡No hay un minuto en el que no piense, en el que no me preocupe, en el que no quiera agarrar mi capa y salir corriendo ciegamente a buscarte!
Nuestros ojos se encontraron. Era increible la profundidad de aquellos mares negros, tan sinceros y a la vez camaleónicos... Si supieras, tan solo si supieras todo lo que tengo para decirte y no puedo... llevarnos bien, es fácil decirlo para ti. No es él el que muere por dentro a cada instante de una prolongada ausencia.
-Yo confío en ti, Severus. Solo desearía que las cosas fueran distintas.- Y las palabras salian solas, como una catarata furiosa. Lo dicho, dicho estaba. Espere su respuesta, tratando de no mirarlo.
-Voy a confesarte algo. Y creeme cuando te digo que jamás he sido tan sincero: yo también desearía que las cosas fueran distintas, en cierto modo. No es que me arrepiento de la vida que elegí, no soy tan cobarde. Sólo que estoy perdiendo mucho por muy poco. Y no quiero arrastrarte a ti ni a nadie.
Posó su otra mano sobre mi mejilla. Yo lo miraba sin pestañar.
-Además, sería irritante que llores cada vez que te diga gracias -dijo en un tono gracioso, casi como una burla. Ambos nos reímos.
Por merlin. Oír esas palabras salir de su boca era la mejor música para mis oidos. Me tomo de las manos. Estaban frias y ásperas, pero no podia pedir nada mas en ese momento.
-Severus, puedes arrastrarme hasta la mismísima perdición, que yo con una sonrisa iria. No me impora el peligro, no me importa lo que digan y tampoco la muerte. No necesito nada mas si estoy contigo.-
Y no aguanté más. No pude retener mas ese deseo infinito que ardia en mi desde hacia tanto tiempo. Solté muy a mi pesar sus manos y tomé su rostro. Presioné mis labios contra los suyos para fundirnos en un beso que me parecio interminable, flotando en extasis, mientras algo susurraba para mis adentros te amo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario