-¡Pero si es mi prima preferida!
-¡Reg, querido!
Aparté mis ojos del rostro de Lessie y contemplé la feliz llegada de Bellatrix a la fiesta. Ella y Regulus eran primos, y se estimaban bastante. La mayoría de los invitados se acercaron a saludar a Bella y a su marido Rodolphus. Su hermano Rabastan también había llegado con ellos.
-Ahora si la fiesta está... ¿Lessie?
Había desaparecido. La busqué con los ojos entre la multitud, pero no la vi. Me quedé parado un buen rato, pensado en lo que había pasado. Lily se lo merecía. Además, lo hice por su bien. ¿No estás segura? ¿Estás siendo víctima de una gran confusión? Bien, te daré un empujón. Conocía a Lessie, y no iría a buscar a Lily. Oh no. Sabía donde golpear, igual que yo. Confiaba plenamente en que Lessie no le haría daño a Lily, no físicamente al menos. A menos que... No, no lo haría. Yo se lo pediría más tarde. Y la ayudaría a planear una venganza si es necesario, siempre y cuando hagamos que Evans no quiera estar más con el idiota. Si lograba eso, no todo estaba perdido. Si lograba que Lily descrubra que James no la ama realmente, aún había esperanzas conmigo.
La copa volvio a llenarse mágicamente mientras caminé hacia el salon contiguo, alejandome de la música. Estaba menos atestado de gente, excepto por unos magos ancianos que estaban fumando en u rincón. Me dejé caer en una silla y medité un buen rato, hasta que el ruido de un vidrio que se rompía e nel otro salón llamó mi atención
-¡Pero si es mi prima preferida!
-¡Reg, querido!
Abrazé a Bella con esmero y le dediqué una ancha sonrisa.
-No sabes lo feliz que soy al verte aquí, Reg!
-No podía perdérmelo. Me encanta ver a la familia reunida por un mismo propósito.
Mis padres se acercaron a saludar a su sobrina, y también lo hizo Narcissa pero no Lucius. No había mucha química entre ellos.
-Serñoita Black, diganos. ¿Dónde se encuentra nuestro anfitrión? -Preguntó uno de los amigos de mi padre que también se había acercado a saludar.
-Él está en camino -respondió con una sonrisa.
Él. Él. Él. ¿Por qué nadie lo llamaba por su nombre? Voldemort. ¿Tanto les costaba hacerlo? La verdad que nunca lo había visto en persona, ni me interesaba hacerlo. Sólo sabía que iba a derrocar a la Ministra de Magia la semana próxima. Si, si, los sangre sucia nos molestaban a todos. Pero seamos sinceros: la mitad de los presentes en esa fiesta podía decir "mi árbol genealógico está limpio" con toda seguridad. Incluo en mi familia, "la noble y antigua casa de los Black" había manchas. Mi prima Andrómeda se había casado con un muggle hacía poco. Y como siempre, mi familia la desheredaba. Como si a ella le importara!
-¡Ésta aquí, ha llegado! -exclamó alguien.
Era tan apuesto y encantador a simple vista, que podría tener veinte o sesenta años, nadie se daría cuenta. Vestido con un simple traje negro, llevaba el pelo negro desalineado y tenía las mejillas hundidas, pero todo eso le sentaba bien; lo hacía bastante atractivo. Sus ojos tenian un leve destello rojo y estaban furiosos. Contempló a los invitados que lo aplaudían y lo saludaban, pero pronto dejaron de hacerlo. El rostro de Voldemort causaba pánico, por alguna razón estaba bastante enfadado. Yo lo observaba atentamente.
-¿Qué es todo esto? ¿Qué se supone que está pasando aquí? -pregunto calmado, pero a la vez sus palabras inspiraban terror. Lucius se le acercó tímidamente.
-Mi señor... pensé que se alegraría de ver a tanta gente celebrando en su honor!
-Te equivocas, Lucius. -dijo furiosamente. -Estamos a días de tomar el Ministerio, ¿Y se te ocurre hacer una fiesta? ¿No eres consciente de que podrían atraparnos? ¿De que podría haber alguien aquí que no es tan leal como dice serlo?
Lucius no sabía que decir. Nadie abrió la boca para ayudarlo, tampoco.
Voldemort se quitó su capa de viaje y la arrojó al piso. Sacó su varita y dijo:
-Te sugiero a ti, Lucius, y a todos los aquí presentes, que dejen las fiestas para después.
-Pero, mi Señor... -comenzó a decirle Yaxley mientras le ponía una mano en el hombro. Voldemort tardó una fracción de segundo en reaccionar; movió apenas su varita, y Yaxley salió disparado con fuerza hacia atrás y se estrelló contra una mesa de vidrio (que se partió en mil astillas)
-Aprendan esto. -comenzó a decir Voldemort. -Deben agradecer que están aquí. Porque en una semana, aquellos que no estén de mi lado, serán parte de la oposición. Y la oposición debe ser eliminada para que los gobiernos puedan gestionar en paz.
Comenzó a pasearse por el salón hasta posarse en el medio; la gente se abría a su paso con cara de terror.
-Pero tampoco quiero que se sientan incómodos, no! -dijo con una sonrisa -Si están aquí, significa que tienen mucho coraje. Digo, se supone que son leales a mi causa y a mi persona. Y que lucharán con sus varitas por eso. -Decía todo en un tono tan... perfecto. Era muy convincente. -No quiero pensar que han llegado a mi por miedo, eso sería decepcionante. Para ustedes.
Me acerqué sigilosamente al otro salón. Todos habían callado y estaban atentos a las palabras de Voldemort. Escuché todo su discurso: era un gran orador.
-Informen a todos los magos que compartan nuestra condición, infórmenles que deben estar de nuestro lado. La sangre une padre e hijos, une hermanos y hermanas, y nos une a nosotros. No debemos estar separados, no debemos alejarnos de los magos de sangre limpia.
Dicho eso, subió la escalera principal del salón. De inmediato, Bellatrix, Lucius, Rodolphus y su hermano, y unos pocos magos más lo siguieron. Inesperadamente, alguien me tomó del brazo por atrás y me arrastró afuera.
-Ese tipo está enfermo!
-¿Te sorprende,"Reg"?
Estaba sentado al pie de la fuente que adornaba el jardín trasero de la mansión, pero Rodolphus estaba de pie, temblando.
-Severus, ese hombre habló de "eliminar" a la oposición, ¿Te das cuenta?
-Si, y no creo que se refería a disolver partidos políticos. -dije con sarcasmo. -Rodolphus, todavía no ha hecho nada. Ni él ni su gente.
-Nosotros somos su gente! Y dicen que... dicen que sabe emplear magia oscura, y mucho más... No sabemos de qué es capaz para tomar el poder, Severus.
-Tú no eres "su gente". Estás aquí por tu sangre, por tu dinero, por tu familia. No por que lo deseaste. -repliqué bruscamente.
-No importa que estemos aquí, importa que no vamos a poder salir de esto. -Se acercó a mi y me tomó por los hombros. -He leído cosas... sobre dictadores muggles. No todos toman el poder con algo de represión, no siempre es tan sencillo.
Aparté sus manos de mis hombros; odiaba que me toquen.
-¿Por qué te preocupa tanto? Estás del lado correcto, al igual qe toda tu familia y tus amigos. Comparto su ideología, pero no sé sus métodos. Cuando los utilize, veremos qué...
-Cuando los utilize, será demasiado tarde.-me dijo fríamente.
En ese momento, Harper y Rowle aparecieron.
-¿Estás bien, Reg?
-Oímos tus gritos desde adentro...
-Si, estoy bien. ¿Dónde esta Dorian?
Ambos chicos hicieron un gesto de complicidad, y le guiñaron un ojo a Regulus.
-Estaba enseñadole la mansión a Violetta McMillan -dijo Harper, entre carcajadas.
-Idiota. -dio Regulus en un susurro. -Que se las arregle. Larguémonos de aquí, hay que volver a Hogwarts antes de que amanezca.
Regulus comenzó a caminar por el jardín. Los otros dos lo siguieron. Yo me quedé un rato, mirando el agua que se arremloniaba en la fuente. Hacía mucho frío esa noche. De lejos, se escuchaba algún que otro grillo emitiendo su música, que se mezclaba dulcemente con la melodía clásica que salía de la mansión.
Qué lejos había llegado. Conmigo, con Lily, con mis amigos... Me vi capaz de hacerlo, pero nunca creí que lo haría. A veces quería ser un alumno más, uno de esos que no se meten en problemas. Hace un tiempo era algo de eso pero... las circunstancias "desviaron" mi pasos.
¿Dónde estaría Lessie? Debía encontrarla cuanto antes. Por el bien de todos, debía hacerlo. Aunque una voz en mi cabeza me susurraba que la deje actuar, que vea qué es capaz de hacer... Pero era demasiado arriegado, ¿o no?
Ya veremos.
Me puse de pié y le di la espalda a la imponente mansión mientras caminaba hacia la salida.
domingo, 24 de enero de 2010
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